Leonor se despertó
sobresaltada. Echó una mirada al reloj mientras encendía la coqueta lámpara que
tenía en la mesita de noche, éste marcaba las 5,20 horas, se disgustó un poco,
últimamente le ocurría con mucha asiduidad, se despertaba sobresaltaba por
alguna pesadilla, pero nunca lograba recordarlas.
- Tengo que decirle al médico que me recete
algo para dormir de un tirón – pensó.