Tanta mentira
Mirada perdida y vida vacía, esperanza hueca y sueños de
barro. Con andar cansino y derrotado se desvistió la camisa remendada
de mil jirones de piel y miró la oquedad de su presente con ojos de sometido
fracaso. Luego, rápidamente se durmió con el deseo de olvidar los persistentes
calambres que le nacían desde lo más profundo de las entrañas.
Mañana volvería a recorrer las calles, a pesar de ser consciente
de que sería en vano. Nunca cejaría mientras sus hombros, ya desgarrados de soportar tanta tristeza, tanta ruindad
y tanta mentira, fueran capaces de soportarlo.
Después, ya todo daría igual.
La mentira es la única dueña de nuestro presente.