El año se acaba, y con él la primera década del 2000, quien lo iba a decir cuando esperábamos que el mundo se iba a volver loco con el cambio del milenio y el efecto 2000 de los ordenadores, que éste caos iba a tardar 10 años en cumplir sus agoreras previsiones, porque eso es lo que actualmente estamos pasando, un caos económico y social de proporciones bíblicas.
Pero bueno no es mi intención hacer una entrada con tintes negros, si no todo lo contrario.
miércoles, 29 de diciembre de 2010
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Ver el final del tunel
Hace ya bastante tiempo, en los inicios de esta aventura que fue el blog, escribí un pequeño relato llamado Una historia, un futuro, donde por primera vez hablaba, digamos en público, de las circunstancias que me rodeaban y de como había empezado todo.
Aquel pequeño relato terminaba con la imagen que ahora inicia esta entrada, y finalizaba de la siguiente manera:
"Aquel 17 de Marzo, fue como si empezase de cero, la realidad estaba ahí, y tuvo que aceptarla, perdió algunas cosas importantes, pero aprendió otras, aprendió a vivir mas despacio, tuvo que volver a empezar con nuevos impulsos, vio quien estaba con él y a quien le daba igual, se llenó de nuevas ideas, y se propuso que, a pesar de todo, conseguiría salir, de una manera u otra, se sobrepondría a todo, y lo conseguiría, igual que lo consiguió en su juventud.
Tenía algunos hombros en los que apoyarse y los usaría para, a pesar de todo, volver a mirar el futuro con esperanza.
Aquel 17 de Marzo había sido un principio, pero no iba a suponer un final".
Por último y junto a la foto del tunel, había una dedicatoria:
"Dedicado a todos los que tienen que aprender a levantarse de nuevo"
Aquel pequeño relato terminaba con la imagen que ahora inicia esta entrada, y finalizaba de la siguiente manera:
"Aquel 17 de Marzo, fue como si empezase de cero, la realidad estaba ahí, y tuvo que aceptarla, perdió algunas cosas importantes, pero aprendió otras, aprendió a vivir mas despacio, tuvo que volver a empezar con nuevos impulsos, vio quien estaba con él y a quien le daba igual, se llenó de nuevas ideas, y se propuso que, a pesar de todo, conseguiría salir, de una manera u otra, se sobrepondría a todo, y lo conseguiría, igual que lo consiguió en su juventud.
Tenía algunos hombros en los que apoyarse y los usaría para, a pesar de todo, volver a mirar el futuro con esperanza.
Aquel 17 de Marzo había sido un principio, pero no iba a suponer un final".
Por último y junto a la foto del tunel, había una dedicatoria:
"Dedicado a todos los que tienen que aprender a levantarse de nuevo"
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Trabajo
sábado, 18 de diciembre de 2010
El billete de lotería - Relato
Todos los sábados por la mañana, y
antes de acercarse al mercado para realizar la compra semanal, Josefa se acercaba
a la administración de lotería y compraba su billete para el sorteo que se iba
a realizar ese mismo día. Siempre, desde hacía ya 12 años, compraba el mismo
número, a pesar de que nunca en todos aquellos
años le había tocado gran cosa; alguna pedrea o alguna devolución, pero nunca
nada serio, ninguna cantidad lo suficientemente importante como para permitirse
algún capricho o algún exceso. Ese singular detalle no impedía que Josefa perdiera
la esperanza y que acudiera fiel a su cita con la administración de lotería de
su barrio. Mª Carmen, la lotera, y ella se habían hecho buenas amigas a fuerza de verse
todos los sábados por la mañana; ambas compartían número y ambas eran confidentes
de sus propias quimeras que manifestaban en el ceremonial, mitad en broma,
mitad en serio, de frotar el billete de lotería en la espalda de la lotera, con
la idea de que ese gesto, como si de un toque mágico se tratara, era el que
inevitablemente les traería suerte.
Todas las semanas repetían la misma
operación, sin faltar ninguna. Josefa estaba convencida de que su día llegaría
y de que ese número, su número, saldría tarde o temprano, y ella por fin podría
tocar el cielo con las manos.
Una vez con el billete de lotería en
sus manos, y mientras se dirigía al mercado, a Josefa le gustaba soñar. Soñaba
en todo lo que iba a hacer con el dinero que le podía tocar; fantaseaba con
hacer un gran viaje con su marido, ese pobre cabezón, de tan mala suerte, que
llevaba mas de un año parado, y que a sus mal llevados 56 años, tenía cada vez
menos esperanzas de encontrarlo; o quizás se compraría un lujoso vestido largo
y pasaría toda una noche bailando, como epílogo a una romántica cena con
su, ahora si, apuesto marido, que enfundado en un elegante smoking, estaría
irresistiblemente romántico; y ya puestos a soñar, cumpliría su gran deseo, compraría
una casa. Sería en el campo, siempre les había gustado vivir allí, en una casa
grande en su pueblo, con un gran terreno donde cultivarían sus hortalizas y tendrían
montones de árboles frutales, aquel si
que sería un buen lugar donde respirarían aire puro todos los días. Pero a
veces, se sentía mal por lo que creía un exceso de ambición, entonces bajaba al
sueño de la realidad y se conformaba con comprar un pequeño piso en la propia ciudad,
que tuviera ascensor, eso sí, que las piernas ya estaban muy castigadas; con una
cocina grande donde poder colocar el ansiado lavavajillas y que tuviera grandes
ventanas exteriores para poderlas abrir y dejar que se paseara el aire fresco
por todas las habitaciones, en lugar del enrarecido ambiente que subía del
deslunado interior al que daban las ventanas de su viejo piso.
Hoy es sábado y Josefa ha dejado de
soñar, no se lo puede creer, pero de repente se ha encontrado con la más cruda y
amarga realidad. Una fractura de tibia la mantiene recluida en una cama del
hospital; fue hace dos días por culpa de un desafortunado accidente al caerse
del último tramo de la escalera que estaba limpiando.
El infortunio no le ha impedido que,
cómo siempre suele hacer, haya escuchando el sorteo de la lotería por la radio
y asistir, como en otro de sus sueños, a vivir el momento mágico en el que los
niños de San Ildefonso han cantando el número que ella juega desde hace tantos
años.
- ‘Pero poco dura la alegría en la
casa del pobre’ – pensará más tarde.
La explosión de alegría inicial se ha
tornado en angustia y desilusión al comprobar que su marido no ha ido a la
administración de lotería a comprar el décimo.
Ahora Antonio no sabe como consolarla.
Maldice su suerte y se siente culpable por la dejadez de no haber pasado a
recoger el billete, camino del hospital, como su mujer le había indicado. Es
ahora que, con encogido disimulo la mira, cuando apenas reconoce a una mujer desolada
y abatida, tan distinta de su desenfadado y alegre carácter habitual. Y sólo entonces
empieza a ser consciente de lo que ese décimo significaba para ella y cuanto de
una apacible y placentera senectud se ha podido volatilizar con ese olvido.
Cabizbajo y sin saber que decir,
asiste entre apenado y resignado a los lamentos de su mujer, que confirma que
una vez más la fortuna les ha dado la espalda.
- No era para nosotros – trata de
consolarla con poco convencimiento.
Durante un buen rato, no se oye nada
en la habitación, el silencio se podría cortar, y solo es roto, ocasionalmente,
por algún quejido o por el pasear de visitantes y familiares de alguna
habitación de la planta. Ellos bastante tienen con asumir que su vida volverá a
la rutina que nunca cambió; Josefa, cuando se recupere, seguirá limpiando
patios y escaleras por setecientos euros al mes. Antonio a pasarse, como casi todos
los días, por la oficina del paro para mirar que ofertas de empleo hay, luego
pateará algunas fábricas pidiendo una faena, que sabe sobradamente que no le
darán.
Finalmente, ese silencio es
repentinamente roto por el estridente sonido del timbre del teléfono que les
saca les saca de golpe de sus aislamientos, Josefa, con el gesto envuelto en
derrota reflejado en la cara, le dice a su marido que se lo acerque, y éste
servicial se lo hace llegar:
- Hola Josefa – le dice la voz al otro
lado del teléfono – soy Mª Carmen, la
lotera, no se si sabes que la semana pasada salió la devolución en el
décimo que te llevas todas las semanas, y que hoy, al ver que no te pasabas a
recogerlo, he empleado ese dinero en comprar el décimo de esta semana, como
solemos hacer habitualmente.
¿Ya sabes que te ha tocado la lotería?
En un momento dado, Josefa dejó de oír lo que le hablaban, porque de nuevo había vuelto a soñar.
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miércoles, 15 de diciembre de 2010
Otras Navidades
Todos los años y desde hace 6, recibo por parte de la ONG Valencianos por Nicaragua, y junto al aviso de que van a pasar al cobro el recibo de los 32 € de la cuota anual, el memorandum de los trabajos que allí se han realizado durante el año, gracias a las ayudas económicas de las diferentes administraciones, generalmente valencianas, este año: Generalitat Valenciana, Ayuntamiento de Valencia y Ayuntamiento de Xixona, la propia ONG y el INPRHU (Instituto de Promoción Humana), organización social nicaraguense.
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Nicaragua
domingo, 12 de diciembre de 2010
La estación de Jesús
La estación de Jesús del Metro de Valencia, donde sucedió la tragedia del mayor accidente de la historia ocurrido en un metro con 43 muertos, va a cambiar de nombre...
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Cosas de Valencia
martes, 7 de diciembre de 2010
lunes, 6 de diciembre de 2010
La Liga de las Estrellas y la muerte del fútbol
Hace unos días leí un estupendo artículo de John Carlin, titulado "Crónica anunciada de la muerte de la liga española", donde hacía un acertado análisis de hacia donde va la liga española, donde solamente dos equipos Real Madrid y Barcelona, aspiran al trono liguero, el resto de equipos tienen que conformarse con ser meras comparsas y asistir boquiaviertos y sumisos al poderío sin igual de ambos equipos.
Os dejo con el artículo completo, dado lo interesante y probablemente premonitorio que es, salvo que en este país futbolero se asiente de una vez por todas el sentido común:
Os dejo con el artículo completo, dado lo interesante y probablemente premonitorio que es, salvo que en este país futbolero se asiente de una vez por todas el sentido común:
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Fútbol
jueves, 2 de diciembre de 2010
Dia mundial de las Personas con Discapacidad
Hoy 3 de diciembre es el dia mundial de las personas con discapacidad, durante los últimos 15 años, este dia ha servido para promover la comprensión de temas relacionados con la discapacidad y para generar medidas que contribuyan a la dignidad, los derechos y el bienestar de estas personas.
En los últimos años se había dado un gran avance en la consecución de leyes sociales que ayudaban a las personas con discapacidad, pero, y como no, la crisis amenaza con hacer un atraso brutal en estos avances, si ya en algunas comunidades, la aplicación de la Ley de Dependencia era lenta y deficiente, ahora, practicamente se ha paralizado, y la congelación de las pensiones, de las que viven gran parte de las personas discapacitadas, y el paro, que se ha cebado sobre todo en este colectivo, hace que la reivindicación deba ser hoy mayor que nunca.
En los últimos años se había dado un gran avance en la consecución de leyes sociales que ayudaban a las personas con discapacidad, pero, y como no, la crisis amenaza con hacer un atraso brutal en estos avances, si ya en algunas comunidades, la aplicación de la Ley de Dependencia era lenta y deficiente, ahora, practicamente se ha paralizado, y la congelación de las pensiones, de las que viven gran parte de las personas discapacitadas, y el paro, que se ha cebado sobre todo en este colectivo, hace que la reivindicación deba ser hoy mayor que nunca.
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